
Navegando por internet descubrí que a J. le habían publicado un libro sobre cine. Molesta, le reproché por qué no me lo había comentado. A él le había parecido normal y me preguntó si no estaba contenta por él, y le dije que sí, que lo estaba y mucho; por lo mismo lamentaba que no me hubiese compartido esa parte del proceso. El libro tenía una portada color verde olivo con varias imágenes. Sabía que el contenido sería de valiosa consulta para investigadores y estudiantes. Le pregunté si lo había registrado.Me dijo que sí.
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