En la clase de derecho, en plaza abierta, estaba tomando apuntes de lo que decía el catedrático, pero me dieron ganas de ir al baño, dejé mi libreta en el asiento y me levanté. Al regresar, ya todos se estaban incorporando, la clase había terminado. No sabía si se había dejado tarea; no conocía a ninguno de los que estaban presentes y me entró angustia. Camino a casa, en un patio, vi a una muchacha que había sido compañera de mi hermana, y con esa confianza le pregunté si teníamos tarea. Muy a su pesar me dijo que esperara, y entró a su casa. Miré alrededor, un hombre estaba en la esquina del patio, estaba en silla de ruedas. Pensé que quizá era el esposo. La muchacha salió con la libreta. No le gustó para nada que yo invadiera su intimidad. Anoté la tarea, di las gracias y me fui.-------------------------------------------------------------------------------------------------En otro día de clase, me veo platicando con un compañero. Un rubio. El interés era mutuo. Al final, entre la gente vi a mi mamá, y me fui con ella.-------------------------------------------------------------------------------------------------El motor se detuvo por la Avenida Hidalgo, antes de tomar la calle que lleva a Colonias. Me bajé y le di un empujón, pero un coche que lo choca por detrás. Yo pude librar el accidente, pero vi a mi carro, no sé cómo, dar una giro hacia el carril contrario, bajar desenfrenadamente la calle inclinada* hasta estamparse contra otro vehículo que atravesaba ese momento la Avenida Hidalgo, en dirección de Chedrahui rumbo a la calle Estrella.Me vi entonces en el cementerio frente a un sepulcro. A un lado, me llamó la atención una planta. Era muy hermosa, parecía que sus ramas eran de cristal, de un cristal color verde limón. Y había entre éstas dos hojas de papel dobladas. Eran dos mensajes para el difunto. Uno era corto y decía: Tu muñón está contigo. Y en el otro, maldecían al que le había ocasionado la muerte.
*Al contrario; es una pequeña cuesta.
*Al contrario; es una pequeña cuesta.