SUEÑO DE DICIEMBRE DE 2009
C me pidió que A y B la acompañaran una hora. Yo no confiaba totalmente en ella, intuía que iba a hacerles algo, aun así, terminé dejándoselos. Al regresar y ver en los rostros de A y B, qué les había hecho ella, sentí furia y una enorme culpa.
Caminaba por la calle que va rumbo al cementerio, a la altura donde se encontraba el centro recreativo El Sagitario. Era ahora un boulevard y las casas eran amplias y elegantes. Me llamó la atención una de ellas, una construcción de metal picado en formas cónicas. Toqué un pedazo de metal y se desprendió.
SUEÑO DEL VIERNES 18 DE FEBRERO DE 2011.
Después de muchos años, él llegaba al pueblo. Ignoraba el motivo de su regreso. Lo cierto es que se presentó en mi casa, o en lo que sería ésta. Estábamos solos. Cruzamos palabras, nos pusimos en seguida al día. No sé en qué instante la atmósfera se volvió densa. Luego de un rato, él se fue. Pude corroborar su caballeroso y delicado trato. El tiempo lo había amacizado. Por otro lado, había una mujer de su misma nacionalidad, a la que había amado- años atrás, él me había confesado su amor por ella-; también la visitó, y le preguntó con pasión contenida por qué no se unían, si compartían la misma lengua, los mismos sueños. Fue triste ver cómo ella no estaba convencida. En su rostro se veía que luchaba contra sí misma. Ella era por cierto muy linda. Aparte de nosotras, había otra mujer, quien ignoraba que él estaba en el pueblo. Fue a verme y como estaba acompañada, se cuidó de cuestionármelo directamente: quería saber de él a través de mí. Yo estaba deseando verlo otra vez, pero él estaba trabajando, ¿pintando?, estaba viviendo en una colonia retirada, y además no quería imponerle mi presencia. Él o yo, no sé, recorriendo en bicicleta los caminos de terracería. Metí una película en la videocasetera VHS y se enredó la película. Todo acabó ahí.
En la calle Guillermo Vélez nos deslizábamos en un plástico. Tomando vuelo me deslizaba bocabajo en un plástico. Había gente y nos aplaudía.
SUEÑO DEL 18 DE MARZO DE 2011 Estoy cerrando una cita con alguien cuando recuerdo que ya me había citado con otra persona, de la cual estoy verdaderamente interesada . Se me hace tarde, estoy bañándome cuando tocan a la puerta.
Salgo y abro: es uno de ellos (el de la segunda cita), y lo hago pasar. El que me gusta me había hecho un regalo de placas en la sala, donde me ponía estatus*. El caso es que los hombres se juntaron y quise arreglar la situación, al menos con el que me gustaba, como ir a bailar, a cenar…Ellos estaban afuera; no sé de qué hablaban.
*Lo transcribí tal cual lo recordé.
SUEÑO DEL 20 DE MARZO DE 2011
En un salón de clases de primaria, al final de las filas, Bita me explicaba que cursaba tercer año, pero tomaba unas clases de primero. Quise comunicarme con mi tía Rocío. Ale me facilitó la dirección de una página web, donde se ve que M. tiene cinco hijos.
SUEÑO DEL 27 DE MARZO DE 2011. DOMINGO Entrevista con una comunicóloga. Todo bien, pero en la segunda sesión, ella no estaba, así que tuve que leer el guión de la entrevista. (no recuerdo el tema).
SUEÑO DE MARZO DE 2011.
En la calle un joven ingeniero inspecciona la altura del cordón de medición de una banqueta; a cierta distancia un hombre lo observa y parece que le agrada la actitud del joven. Se acerca a él y le explica que ya nadie quiere trabajar sin remuneración económica. Lo cierto es que es uno de los hombres que dirigen una empresa sin afán de lucro, donde la gente joven que ahora trabaja se niega a trabajar sin que le paguen, como antes había sido, se niegan a ser "gatos", le comenta al ingeniero. Y ahora esa empresa constructora está bajo escrutinio financiero.
Luego en una casa de estilo colonial, con un bello jardín, hay dos hombres conversando, uno se parece al actor Armendariz Jr.- quien había platicado con el ingeniero- y el otro a Julio Alemán, son los que dirigen dicha empresa. La hija, ignoro de quién de ellos, es muy hermosa, ella sí es la actriz Lozano. El joven ingeniero camina junto a ella en el pasillo y entran a un despacho. Ella toma asiento tras el escritorio. Él ve unos papeles garabateados, y ella se disculpa ante el joven, y es que los hombres dejaron abierta una bitácora o lo que sería el libro mayor.