Día en que unas compañeras y yo fuimos a un centro de diversiones. Había playas artificiales, discotecas... En la noche no quise meterme a la playa. En un cuarto de hotel una de nosotras cayó enferma y se revolvía entre las sabanas. Miré los negros cabellos humedecidos sobre su rostro.
En una vagoneta iba con O y S. Mientras O manejaba y charlaba con S, inspeccioné que en la lámpara no hubiera grabadoras, y anduve revolviendo ropa en las maletas hasta que un oficial de tránsito nos detuvo. Bajamos el equipo completo de volibol y rodeándolo le dijimos que nuestro destino era el gimnasio y que en el interior sólo había ropa deportiva, balones y la red. No insistió más y nos dejó ir.
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