Se suponía que B. y yo habíamos compartido una casa, y un día dejamos la casa y nuestras pertenencias para hacer cada una su propia vida. Tiempo después, regresamos a la casa abandonada, y mientras mirábamos las cosas, le dije a B. que se llevara lo suyo a su casa, y ella se dio a la tarea. Le hice notar cómo unas papas peladas que había dejado en agua en un recipiente estaban conservadas.
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