Sueño del sábado 9 de agosto (no anoté el año)
Llegué
a una cancha de futbol con gradas, pero antes había decidido por cuestiones del
juego cortarme el antebrazo derecho, mi mano izquierda ejecutó con un cuchillo
y no hubo reguero de sangre. Sólo apliqué fuerza. Pero resulta que tanto
esfuerzo no fue necesario, así que volví a empatar el antebrazo, de tal modo que
la carne pudiera de nuevo entretejerse. Lo que me preocupó fue cómo contárselo
a mi mamá, así que fui al estadio, ahí la vi con los niños en las gradas.
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