Sueño del 20 de septiembre de 2015.
En la puerta de una iglesia
observando cómo el sacerdote inicia una misa. La iglesia es enorme y está llena
de feligreses. Unas compañeras del colegio suben las escalinatas. Camino unos
pasos y ya desde el taller mecánico de Carlos veo cómo sigue llegando gente a
la iglesia, reconozco a una religiosa, ya es mayor y está acompañada de otra;
les digo que vengan a casa a descansar. Con calma vienen, toman agua y se
sientan, pero afuera hay bullicio, una fiesta o no sé qué se prepara.
En un edificio de muchos pisos
hay en un centro de trabajo, se está grabando un video y veo cómo alguien está
llorando, quiso controlarse pero no pudo. Era un joven de cabello lacio y rubio.
Me sentía sola y vagué por el edificio. Luego me topé con el joven, y él lanzó
su anzuelo sin esperanza, le dije que sí, sorprendiéndole. Lo cité en el último
piso, pero yo nunca llegué.
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