Suelo del 12 de junio de 2014.
En una habitación difundía un caso la MP del ofendido, y tras cada punto ganado recibía el asentir de los presentes, entre ellos el de Castro (un maestro de prepa).
Miraba al pie del vacío que era un buen
trecho, algo me decía que era lo restante de mi vida, casi nada, y pensé que no
valía la pena esperar, mejor lanzarse.
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