Sueños sueltos y sin fecha.
Entré a la bodega por la puerta
trasera. El lugar de algún modo era de la familia, pero un amigo de Malena vivía
ahí o mejor dicho, atendía una tienda. Él tenía una voz calmada, precisamente
cuando entré, sigilosa, alguien le preguntó si la propiedad era suya, y él le dijo
que no, que era de Malena. Busqué información sobre 2 hombres que ya le había
entregado a Malena en hojas sueltas pero la había extraviado; me había
molestado con ella, le dije que ya ni la fregaba, le di la información en las
manos. Investigué también sobre otro asunto. En lo que buscaba en la computadora
de pantalla vieja, me descubrieron en la bodega, pero no dijeron nada. Me fui
de ahí sin encontrar lo que quería.
Veíamos una película en un cine
raro, porque todo tenía su video en r, y la historia la vimos en fragmentos, algo que no nos agradó. Unas señoras se sentaron en la fila junto al proyector para
volver a poner su parte preferida de la película.
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